En un mundo lleno de incertidumbre desde la llegada del COVID-19 a nuestras vidas, ha aumentado el miedo de la gente a quedarse atrapados en otro país debido a las restricciones de movilidad que se están dando en todo el mundo. Todos sabemos que cualquier tipo de problema lejos de casa se hace todavía más duro, más aun si se trata de un fallecimiento.
La repatriación de cadáveres
La repatriación de cadáveres consiste en el traslado de un fallecido desde otro país hacia su país de origen. La repatriación del cuerpo no es obligatoria pero, ¿quién no quiere tener cerca a sus seres queridos y que descansen junto a su familia? Por este motivo muchas personas recurren a la repatriación del cuerpo y no abandonan los cuerpos de las personas a las que querían.
No importa que se trate de un tanatorio de Madrid, pompas fúnebres Coruña o una funeraria de Londres; la repatriación de los cuerpos está en aumento por el gran crecimiento de los viajes laborales o por ocio y las personas que se van a vivir a otros países.
Precio por repatriación
El coste de una repatriación no resulta nada barato, y su precio depende de muchos factores, como el país de fallecimiento, si el fallecido tenía un seguro que cubriera este suceso o si pertenece a la Unión Europea, entre otros.
De media una repatriación costaría unos 3.000€ sin contar los costes funerarios.
Cómo solicitar una repatriación
Muchas empresas funerarias ofrecen gestionar las repatriaciones para facilitar a los familiares todo el trámite en un momento tan difícil como la muerte de un ser querido.
La solicitud del proceso de repatriación de un cuerpo la tienen que pedir los familiares del fallecido, debiendo de contactar con la Embajada Española del país donde falleció la persona y comunicarles su decisión sobre el cuerpo.
Para pedir la repatriación deberá solicitar el traslado del fallecido, enviando una solicitud donde debe de aparecer el nombre y apellido de la persona que lo solicita, junto a su domicilio y los del difunto.
A parte de estos datos deberá enviar una serie de certificados para que finalmente se autorice la repatriación del cuerpo:
- Certificado de defunción: Este certificado se debe pedir al país donde ha sucedido el fallecimiento.
- Un certificado médico en el que confirme la causa de la muerte: Si la muerte ha sido violenta se deberá pedir otra autorización.
- En caso de haber sufrido una muerte violenta, la persona que solicita la repatriación deberá pedir a la autoridad judicial local en la que ha ocurrido la muerte, una autorización judicial.
- En este punto el certificado varía dependiendo de la solicitud que se haga respecto al cuerpo. Si queremos enterrar el cuerpo se deberá entregar un certificado de embalsamiento, sin embargo, si lo que trasladamos son las cenizas del difunto se deberá pedir un certificado de cremación.
- Por último, deberá tener la autorización del consulado del país donde ha fallecido la persona.
Traslado del fallecido
Como ya te imaginarás, no es lo mismo repatriar un cuerpo que unas cenizas, por lo que no requieren el mismo certificado.
Si trasladamos las cenizas no necesitaremos ninguna exigencia sanitaria y se transportará en el estuche de cenizas asignado con el nombre del difunto en el exterior de este. A su vez, el estuche irá acompañado del certificado de defunción del país al que se pide el traslado y el certificado de defunción del país al que se quiere trasladar, junto a una declaración que indique el contenido de la urna.
Por otro lado, si lo que queremos es trasladar un cuerpo se deberá cumplir las exigencias sanitarias requeridas y llevar el cadáver embalsamado en un féretro que tiene que tener un acta del consulado de su cierre.
Repatriación en tiempos de Covid-19
En los tiempos que estamos viviendo, transportar un cadáver puede complicarse y hay casos en los que es muy probable que no lo consigamos, ya que es algo que depende mucho de los países que intervienen en la repatriación.
El principal motivo de que no se pueda conseguir transportar el cadáver es que, para transportarlo, es obligatorio que el cadáver este embalsamado y a las víctimas de Covid-19 no se les recomienda la aplicación de tanatopraxia.
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